Con el chocolate blanco no existen medias tintas: o lo amas o lo odias. Pero ¿sabías que el chocolate blanco no es chocolate? Si eres de los que pensaba que es una variedad más de cacao, vas a descubrir toda la verdad sobre cómo se hace el chocolate blanco y los deliciosos postres y dulces que podemos disfrutar con él. Nosotros lo tenemos claro, ¡somos del equipo de fans del chocolate blanco!
Por qué el chocolate blanco no es chocolate
El chocolate blanco se elabora con leche (puede ser en polvo), azúcar y manteca de cacao. Entonces, ¿si lleva cacao por qué decimos que no se puede considerar como chocolate? El chocolate blanco se hace solo con la manteca de cacao, es decir, se separa esta grasa que se encuentra en las vainas de cacao. El cacao en sí, que da el característico sabor amargo y color al chocolate, se sustituye en la elaboración del chocolate blanco por la leche. Por eso es de color blanco y resulta mucho más dulce que el chocolate negro e incluso el chocolate con leche.
Este es el motivo por el que el chocolate blanco no es chocolate, ya que no lleva cacao, solo manteca, que ni siquiera debe ser el ingrediente principal de una tableta de chocolate blanco. La manteca de cacao se define como la materia grasa que se obtiene de los granos de cacao y es rica en ácido oleico.
Qué dice la normativa
¿De qué está hecho el chocolate blanco? La denominación de qué es chocolate blanco la encontramos en el Real decreto 1055/2003 en la que se aprueba la reglamentación sobre los productos de cacao y chocolate. Según la normativa, se puede llamar chocolate blanco a aquellas elaboraciones hechas con manteca de cacao, leche o productos lácteos y azúcares que contengan al menos un 20 % de manteca de cacao y como mínimo un 14 % de extracto seco de leche.
La primera marca en comercializar chocolate blanco fue Nestlé en Suiza en los años 30 del siglo XX. De Suiza saltó a Estados Unidos y su popularización llegó tras la Segunda Guerra Mundial. Desde entonces, el chocolate blanco se ha convertido en el protagonista de distintos dulces.
Su uso en repostería requiere del dominio de las técnicas adecuadas, ya que es fácil que aparezcan grumos si no se templa correctamente. Las ventajas del chocolate blanco son muchas. Además de estar buenísimo, es un tipo de chocolate muy maleable, por lo que es perfecto para moldear decoraciones de repostería, hacer coberturas o preparar rellenos de pasteles y tartas y ganaches. Su principal desventaja es que al ser un producto muy graso hay que protegerlo bien de la humedad para que no se ponga rancio.
Aunque haya quien piense que no es chocolate, sí que pertenece a los productos elaborados con cacao. Nosotros os proponemos probar un buen chocolate blanco, disfrutarlo como ingrediente principal del turrón o regalarlo en forma de divertidas monedas. Te lo llevamos a casa, como todos nuestros productos, de forma rápida y segura.