fbpx Saltar al contenido

El turrón pisa el acelerador en su desestacionalización

Turrón Duro

Jijona, abril 2018

El turrón ha iniciado en los últimos años un camino imparable hacia la desestacionalización. Para empezar, muchos se han dado cuenta de que es un placer consumirlo fuera de las habituales fechas navideñas. Los turrones y dulces que se elaboran de cara sobre todo al periodo de noviembre, diciembre y enero aguantan muchísimos meses en perfecto estado, algo que ya muchos consumidores conocen. Como mínimo, su caducidad excede de los doce meses, y, además, sin necesidad de conservarlo en unas condiciones especiales, ni es algo exclusivo de los tradicionales turrón duro o turrón blando Esto habla de la buena calidad de las materias primas y del cuidado elaborado de sus productores artesanos.

Asimismo, en Francia y otros países europeos cada vez están apreciando con más fuerza el valor y el potencial de un buen turrón de yema tostada o del cada vez más demandado turrón a la piedra artesano. Casi se está convirtiendo en una delicatessen, como si fueran pequeñas joyas para endulzar el paladar propio y agasajar a los invitados en casa o a los clientes casi en cualquier mes del año y, sobre todo, en el lugar de trabajo, una costumbre, de corte profesional esta última, que también se está extendiendo a despachos y empresas de alto estanding en España. Ya se queda un poco corto servir un agua, café o unas pasas y bombones mientras se espera o se participa en una reunión. Aportar pequeñas delicias para endulzar y engalanar la mesa en el tiempo de los negocios genera un plus de calidad y toque de buen gusto añadido. Esto habla por tanto de que la desestacionalización del turrón es un hecho. Y además va a más.

Pack de Chocolates

Turrones a pie de playa

Que el turrón vive más allá de los tradicionales meses en que hace frío, es algo que lo saben perfectamente aquellos que, por ejemplo, viven en el hemisferio sur. Mientras en el hemisferio norte están empezando a caer los primeros copos de nieve, en algunas zonas de la mitad sur del planeta muchos están ya en la playa con el gorro de Papá Noel puesto y el daikiri en la mano. Y como no puede faltar de nada, incluso los hay que empiezan a llevarse figuritas de mazapán o los imprescindibles polvorones de almendra a la playa, en este su peculiar invierno.

Por tanto, los turrones y dulces típicos navideños también se “deslocalizan” temporalmente, se venden y se compran cada vez más fuera de campaña. Y es en el verano, para cubrir las necesidades gastronómicas de nuestros vecinos del hemisferio sur, cuando, curiosamente, esa desestacionalización prende más. En julio y agosto allí hace frío y el turrón les viene de perlas para generar y acumular esa energía extra que precisan para combatir las bajas temperaturas al salir de casa o del trabajo.

turronesydulces.com3

Finalmente, el turrón excede su calendario habitual porque también se está convirtiendo en un grato e inesperado regalo. Quien entrega como presente turrones fuera de las fechas habituales está indicando que algo tan tradicional y hogareño tiene per se mucho valor y apego personales, por lo que tiene una enorme importancia para la persona que lo regala y quiere destacar así el calibre de la amistad en común con la persona obsequiada.

Es ya motivo de distinción y glamour obsequiar con estos productos artesanos, sobre todo con los nuevos turrones relevantes e innovadores que están saliendo al mercado, puesto que nadie espera recibir este tipo de halago en forma de almendra y miel principalmente y, por tanto, la sorpresa, sí o sí, está asegurada. Como veis, aquí os hemos dado un pequeño consejo si queréis quedar, ante vuestros seres queridos o estimados, como unos reyes y unas reinas.

turronesydulces.4